Ni necesario ni urgente, el deporte tiene su nuevo DNU –lleva el número 92/2019- firmado por el presidente Mauricio Macri para poner bienes del Estado al servicio del mercado. La decisión estaba tomada y se conoció anoche, casi como una decantación natural de la política rentística del gobierno nacional. La mira apuntó al patrimonio inmobiliario que representan los lugares de entrenamiento para atletas, los espacios recreativos y hasta turísticos -terrenos que superan con holgura las 800 hectáreas- y que ahora serán administrados por una Agencia mixta. Denominación que tendrá lo que fue la Secretaría de Deporte que quedó degradada a ese status inferior. Una curiosa forma de concretar a las apuradas reformas en el área deportiva que nadie pedía. Ni los dirigentes, ni los entrenadores y mucho menos los deportistas. Sin embargo, el texto de la norma justifica su razón de ser en “lograr la utilización racional de los recursos públicos para potenciar una gestión más eficiente”.
No pareció que ese objetivo quedara plasmado en la gestión del ex secretario de Deporte Carlos Mac Allister, quien abandonó el cargo...
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