Mirando el partido en directo, cuando terminó la jugada, imaginé que Marcelo iba a hacer lo que realmente hizo: devolver el gol. Para mí, un ejemplo de ética y valores en el deporte. Este hecho dio mucho de qué hablar, y estoy seguro de que lo va a seguir haciendo...
Cuando el deber ser está arraigado en la esencia de la persona, el resultado deportivo pasa a un segundo plano aun cuando haya en juego un ascenso.