martes, 28 de agosto de 2012

LOS JÓVENES Y LA MILITANCIA


 En el Anexo número 38 de “Manifestaciones y Efectos del Accionar Subversivo en el Ámbito Educativo Nacional”, elaborado por el Ministerio de Cultura y Educación  de la Dictadura Militar iniciada en 1976 señala a la “educación” como el ámbito donde, con  su accionar, la subversión pretende penetrar.
 Para ello define, entre otras muchas cosas,  las técnicas empleadas para los Niveles Preescolar y Primario, Secundario y terciario no universitario y Nivel Universitario, como así también en las áreas  de Ciencia y Tecnología y Cultura.
 Dice textualmente en “B. Técnicas empleadas para los Niveles preescolar y primario”: “En el área de la literatura infantil, la ofensiva terrorista se propone transferir un tipo de mensaje que motiva al niño y le permita “autoeducarse” sobre la base de la libertad y de la búsqueda de “alternativas”. Por ello, la delincuencia ofrece libros “útiles” para el desarrollo  del niño, que le incitan a penetrar en el mundo de las cosas y de los adultos; le ayuda a no tener miedo a la libertad, a querer, a pelear, a afirmar su ser…”
 Y para el nivel secundario señala: “…El agrupamiento y movilización de los alumnos, en especial de los años superiores en pos de objetivos y realizaciones aparentemente recreativos, culturales o sociales, pero en los hechos una ocasión para introducirlos en la inmoralidad y en la drogadicción, en el activismo político…”
 Han pasado más de treinta años y similares argumentos vuelven a utilizarse para generar una línea telefónica de denuncias, para prohibir libros,  para cercenar la participación de los jóvenes.
 Declaró, hace pocos días, la diputada Patricia Bullrich: "Así como han partidizado las áreas más impensables, llegando incluso hasta las cárceles, ahora le suman la invasión a un ámbito tan crucial como es el de la educación”.
 Detrás de estas acciones se esconden este tipo de valoraciones ideológicas, que en definitiva muestran a la política como algo perverso y peligroso y nuevamente, el sujeto social a combatir es el joven militante.
 El nivel enorme de egoísmo y mezquindad de muchas agrupaciones que expresan las diferentes vertientes de la  oposición política está evitando una declaración de conjunto frente a este embate de los sectores mas reaccionarios de la derecha, que no podemos ignorar tienen un rebote favorable en estamentos de la sociedad que no son mayoritarios, pero que no son pocos.
 La  hipocresía es más evidente pues muchas de ellas realizan trabajos sociales, de apoyo escolar, de ayuda en sectores estudiantiles, barriales o en colaboración con entidades intermedias; pero lo más grave lo constituye una cantidad inmensa de docentes que a lo largo del país militan el antikirchnerismo todos los días en el aula.
 Vale un ejemplo. En la ciudad de Rafaela (Santa Fe) un profesor y un grupo de alumnos de una clase, permanentemente, hacían referencia a la asignación universal por hijo, la cual según ellos estimula la vagancia y otros disvalores. El nivel de agresividad de sus apreciaciones fue tan grande que una alumna en un momento se levantó llorando y se retiró del aula. Ella contó que podía estar en la escuela secundaria porque en su familia se recibía la asignación universal por hijo. El dato es que esa alumna era la abanderada del establecimiento. La carta de lectores de una madre informando de esta situación jamás fue publicada en un diario local.
 Focalizar a La Cámpora como el objetivo de esta estrategia es apuntar a Cristina, y centralizar en ella busca, claramente, frenar el proceso de profundización del modelo nacional, popular y democrático que encabeza, como algunos dirigentes políticos advirtieran.
 Esta ofensiva política y mediática se produce en un contexto donde las organizaciones sociales del kirchnerismo, tras la consigna “Unidos y Organizados” está comenzando el intento mas serio por articular una fuerza propia que claramente salga de la dispersión, los personalismos y la desarticulación de los últimos años.
 Pues nada es casual, mientras institucionalizan  y fomentan la delación, en su doble discurso afirman: “…En lugar de seguir el modelo chavista tenemos que mirar hacia el futuro e invitar a gente nueva que tenga ganas de involucrarse y trabajar con entusiasmo para transformar a la Argentina en el país que todos queremos.” (Mauricio Macri).
 Es por ello que la Presidenta de la Nación, ha puesto el tema en la agenda pública, en el debate:“…La verdad, les molesta que bailen, les molesta que vayan a los boliches, si no van a los boliches adónde van a ir, van a militar, y cuando van a militar también les molesta; no sé qué es lo que quieren. Así que por favor, basta con los jóvenes, déjenlos tranquilos vivir y que hagan su propia experiencia histórica, que la están haciendo en un país muy diferente al que nos tocó vivir a nosotros…”
 En lugar de la confrontación chata, el kirchnerismo desde los diferentes sectores que lo expresan, está dando discusión pública, planteando conceptos, reflexionando  sobre el rol de los jóvenes, en un marco de libertad y democracia, pero también de responsabilidad frente a la etapa que se vive; con la clara convicción que el tema de los jóvenes no es al estilo de los 90: la figuración personal, el título, el “salvese quien pueda”, sino la construcción colectiva que forma parte de un proceso organizativo.
 Desde esta perspectiva, cobran mucho más valor estas palabras de Cristina Fernández de Kirchner: “…Hay gente que va a ser joven toda la vida porque tiene el corazón y la cabeza joven. Y bueno, ellos también fueron jóvenes eternos y eternos en el corazón de su pueblo y de la gente que tanto los quiso, los quiere y los recuerda y los tomó como ejemplo y los ama. Sí, no hay nada más maravilloso para cualquiera que haya tomado la opción de la militancia que se recordado por los suyos y por su pueblo y mencionado con amor y con cariño.
Es el mejor tributo que puede tener un militante político después de dejar este mundo, porque en definitiva, es en serio entrar en la eternidad a través del amor del pueblo…”
                                                                                    CARLOS BORGNA

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